Contrato: construcción de un acuerdo que una pareja conviene en cierta etapa o momento de la relación, para estabilizar definirse como tal. Lo que se acuerdan son las pautas acerca de su funcionamiento en beneficio del crecimiento de la intimidad interpersonal y del logro de los proyectos comunes.
Las condiciones son:
- el marco sociocultural (de cada uno, de cada familia de proveniencia, común a los dos)
- las creencias personales (expectativas y necesidades)
- las historias personales (mandatos familiares., actitudes aprendidas, etc.)
Las características son:
- es fundante (porque constituye a la pareja como tal)
- es axiomático (porque marca y establece pautas de acción)
- es cognitivo (porque abarca mapas de comprensión)
- es valorativo (porque establece una jerarquía de valores desde lo bueno-malo, conveniente o no para la relación)
- es tácito (porque su fuerza está en lo implícito de la relación)
Contratos individuales: son aquellos acuerdos supuestos que en realidad son individuales y que responden sólo a deseos, expectativas, intereses o necesidades de un miembro, y no de la pareja.
Esto puede llegar a ser fuente de conflicto ante lo cual se responde de diferentes maneras: negando, demandando, desilusionándose, viviendo de expectativas y deseos irreales, creando patologías vinculares (desconfianzas, supuestos, estancamiento, incomunicación, dependencias, desilusiones…)
Contratos interrelacionales: son los acuerdos comunes, únicos, operativos, y en buena medida tácitos, por medio de los cuales la pareja procura satisfacer sus necesidades. Están formados por el conjunto de convenciones y regalas de conducta al servicio del crecimiento de la relación y del logro del proyecto común.
Estos contratos son los que hacen a una relación de pareja y reflejan:
- un acuerdo de base implícita, dado generalmente al inicio de la relación,
- acuerdos y desacuerdos observables a lo largo de la evolución de la relación,
- una historia en común, un compromiso emocional y el esfuerzo de crecer y cambiar para bien.
Modalidad imperativa: "dominio-sumisión" donde el ganar o perder desgastan la relación. Esta modalidad refleja patrones rígidos, mandatos familiares que perturban la relación, grandes expectativas al comienzo y fracaso temprano por desilusión, presencia de interacciones verbales y no verbales inadecuadas (desvalorización "siempre hacés todo mal", amenazas "no te hablo más", negación de la autodeterminación "no me importa que no quieras"…)
Modalidad acercamiento-alejamiento: por desencuentro y miedo a la intimidad y al compromiso. Esto denota: miedo a ser invadidos, pérdida de los límites del self, confusión de identidad, exceso de dependencia, entre otras. Generalmente se ha aprendido que cuando la distancia implica frustración, enojo, rabia, o cualquier sentimiento negativo, la verbalización de los mismos puede desequilibrar la relación, por eso el silencio y la distancia. Se cuida la relación evitando el conflicto. Sin embargo, la distancia o el acercamiento mudo genera vacío y soledad, unidos a una gran frustración. Desde la psicopatología individual se describe como personalidades fóbicas.
Modalidad con temática de protección: se busca proteger o ser protegido. La frustración o insatisfacción aquí es más palpable y se traduce en "síndrome de impotencia relacional". La búsqueda a ser protegido o a proteger nace de una necesidad aprendida, sus raíces están en historias de carencias y soledad. Los contratos implícitos que se dan en esta modalidad esconden maniobras de culpa o de conmiseración.
La terapia de pareja:
- Propone reflexionar sobre su concepto y su comprensión explícita como implícita.
- Favorece conversar sobre las creencias básicas de cada uno en relación con la propia historia personal, dando lugar para que cada uno exprese como vivió y vive la relación.
- Propicia la escucha mutua de lo que cada uno sueña y espera del otro y de la pareja.
- Ayuda a que se resignifique y se reconstruya la relación superando supuestos, evaluando, construyendo pautas y estrategias comunes que beneficien la reconstrucción de la pareja.
- Brinda oportunidad para modificar patrones y creencias propias equivocadas que explícita o implícitamente perjudican o condicionan la evolución de la relación.